Capítulo 02.
A la mañana siguiente, Jimin salió de su casa junto con Ayla para ir al trabajo. Sí, llevaba a su bebé consigo porque no quería dejarla con una niñera o en una guardería.
—Buenos días —saludó el de cabello rubio después de entrar y ver a Jimin acomodando las mesas dentro del local.
—Buenos días Taehyung —le respondió con una sonrisa.
Jimin tenía una pastelería, que al mismo tiempo era una cafetería, no era muy grande y tampoco muy pequeña. La tenía desde hace años, le iba bien afortunadamente, pero hace algunas semanas las ventas habían bajado considerablemente. Tuvo que despedir a todo el personal y Taehyung era el único que continuaba ayudándolo sin ganar un sueldo.
Jimin le fue sincero a Taehyung, le dijo que no estaba pasando por un buen momento económico y que por ahora ya no podía seguir pagándole el sueldo, que si deseaba irse lo iba a entender. Pero el rubio decidió continuar trabajando porque el ojiazul era su mejor amigo, lo estimaba bastante y no lo dejaría solo en momentos como este.
¿Dónde está Ayla?
Iba a preguntar de no ser porque la vio en el moisés blanco detrás del mostrador. Dejó su bolsa en el suelo y se acercó a este e hizo a un lado el pabellón. La pequeña estaba despierta y con su dedito pulgar en su boca.
—Awww, que bonita eres —dijo y se inclinó—. ¿Extrañaste al tío Tae? —Ayla sonrió—. Si lo hiciste —le dio un beso en su naricita.
Kim la quería mucho, incluso desde que estaba en el vientre de Jimin, Ayla era su sobrina, no de sangre pero la quería como si lo fuera. Jugó un momento con ella, deseaba seguir haciéndole muecas para verla reír, pero tenía que meterse en la cocina a preparar cupcakes y pasteles.
Tomó la bolsa del suelo y miró a Jimin, ahora su amigo ponía el cartel que decía "abierto" fuera de la puerta.
—Dos personas vendrán en la tarde a recoger unos pasteles que me pidieron hace unos días —le informó al ojiazul cuando entró nuevamente—. Uno es el de chocolate con chocolates arriba y el otro es el pastel Red Velvet.
Le señaló los pasteles en el gran enfriador.
—Te lo digo por si sigo en la cocina cuando vengan a por ellos, para que no los vendas a otras personas.
—Está bien —le respondió mientras se acercaba al mostrador.
—Nos vemos en un rato pequeña Ayla —le dio un beso en la sien y después se dirigió a la cocina.
Jimin se sentó a la par de su bebé. Hoy le tocaba a Taehyung estar en la cocina y a él atender, así se turnaban para ayudarse mutuamente y que el trabajo no se sintiera tan pesado.
Pasaron algunas horas y todo estaba calmado, Jimin sólo se levantó algunas veces cuando entraba algún cliente y pedía algo para llevar o para comer ahí mismo.
Jimin tenía cargada a Ayla y jugaba con ella, el teléfono empezó a sonar, se levantó de la silla y atendió. La clienta que había pedido el pastel Red Velvet le avisó que no iba a poder llegar y que si había alguna posibilidad de que alguien lo llevara hasta el lugar.
—Podemos mandarlo con un repartidor, sólo necesito su dirección.
La clienta le dio la dirección y como pudo la anotó en un pedazo de papel.
—Necesito que el pastel esté aquí antes de las cuatro pm, es importante.
—Su pastel llegará a tiempo —cortó la llamada.
Colocó a la pequeña en el moisés y después llamó a varios repartidores que él conocía pero todos estaban ocupados.
—Por fin terminé —dijo Taehyung saliendo de la cocina con su uniforme de repostero bastante sucio.
Jimin miró a su amigo y por un momento pensó en preguntarle si podía ir a dejar esa entrega, pero Taehyung se veía agotado, estar horneando por horas te dejaba bastante exhausto y él lo sabía perfectamente.
—¿Podrías cuidar a Ayla un rato?
—Claro que sí, ¿a dónde irás?
—La clienta no podrá venir por el pastel así que iré a dejarlo.
—¿Y si le dices a un repartidor?
—Ninguno está disponible ahora y ella pidió que el pastel llegara a tiempo —explicó y se acercó a su bebé—. Igual, no me cuesta ir, todo está tranquilo aquí y no tardaré mucho.
Jimin le dio un besito a Ayla en la sien y ella sonrió por el tacto, le encantaba los besitos que su mami le daba.
—Está bien, sólo ve con cuidado.
—Lo haré.
El ojiazul se colocó su abrigo largo, adentro la temperatura estaba agradable, pero afuera si que hacía bastante frío. Después de meter el pastel en una caja especial salió de la pastelería.
✧✦✧
—Muchas gracias —dijo al conductor y le pagó antes de bajar del taxi.
Miró hacia el frente y luego sacó el pedazo de papel de la bolsa de su abrigo.
—¿En verdad la entrega es aquí?
Volvió a leer la dirección para asegurarse que no se había equivocado de lugar, pues delante suyo estaba un gran edificio, uno que ya conocía. La entrega era en la agencia de publicidad Jeon.
Guardó nuevamente el papelito y caminó hacia el frente a dirección de la puerta de cristal, este era de color negro, mientras que a su lado pasaban algunas personas, unas entraban y otras salían de ahí. Caminó hacia la recepción.
—Hola, buenas tardes.
La recepcionista sonrió al verlo.
—Hola, ¿qué lo trae por aquí nuevamente? Según sé la entrevista es en dos días, ¿no? —dijo amistosa.
—Lo sé, esta vez no vine por la entrevista, sólo vine a dejar un pastel que me pidieron que trajera aquí.
—Ouh, fuí yo quien lo pidió —le hizo saber en un tono alegre—. ¿Acaso la pastelería es suya?
—De hecho sí, es mía.
—Oh vaya, mi mamá siempre va a esa pastelería y ella fue quien me la recomendó.
—¿Tu mamá es una mujer de cabello rubio y corto hasta los hombros? ¿Acaso en la señora Ryujin?
—Sí, es ella —respondió—. No puede ser, que pequeño es el mundo.
—Sin duda —Jimin sonrió, le extendió la caja y la recepcionista la agarró.
—Soy Hyunah, por cierto.
—Soy Jimin.
—¿Te puedo tutear?
—Claro, creo que tenemos la misma edad.
—Bien, lamento haberte hecho venir hasta aquí.
—Fue un gusto hacerlo.
La chica dejó el pastel en la pequeña mesa que tenía detrás de ella y después le entregó el dinero y del viaje.
—Gracias por traerlo.
Jimin asintió con la cabeza.
—Ya debo irme, nos vemos, que tengas una linda tarde —dijo Jimin con una sonrisa y amable.
—Igualmente y gracias otra vez.
El ojiazul asintió leve con la cabeza y empezó a alejarse, su teléfono empezó a vibrar y lo sacó de su bolsa, se paró delante de las dos grandes puertas de cristal, pero sin darse cuenta se había detenido en el lado que era para entrar. Antes de que siquiera pudiera ver quién le estaba llamando, sintió un golpe bastante fuerte en su frente y cuando se dio cuenta ya estaba en el suelo.
Jimin se sentó y llevó su manita a su frente, tenía los ojos cerrados esperando a que todo dejara de darle vueltas pues quedó aturdido por el repentino golpe recibido. De inmediato escuchó la voz de una persona a su lado, se oía bastante preocupada y le preguntaba si se encontraba bien.
✧✦✧
Eran las siete am cuando Jungkook se encontraba en el gimnasio terminando de hacer su rutina de ejercicio. Pocos minutos después de haber finalizado se dirigió a los baños, se dio una ducha y se puso su traje negro, los que acostumbra usar a diario. Salió del establecimiento y se dirigió a la empresa, minutos después llegó a su destino.
—Buenos días señor Jeon —saludó la recepcionista.
—Buenos días Hyunah —le devolvió el saludo antes de llegar al elevador y subir a él.
Al llegar a su despacho se sentó detrás del escritorio, poco después su asistente y también secretaria entró.
—Buenos días, señor.
—Buenos días —dijo sin mirarla porque tenía la vista en su laptop.
Ryeowon tomó asiento en la silla delante del escritorio.
—Sólo vengo a recordarle que en unas horas tiene un almuerzo de trabajo con algunos clientes.
—¿Con Klavuu?
—Si, es para que puedan hablar de algunos detalles sobre la campaña publicitaria de su nuevo perfume.
—De acuerdo. ¿Hay algo más en mi agenda?
—Hoy a las cinco su abuelo hará un anuncio importante.
El pelinegro dejó de mirar la pantalla de la laptop y observó a la mujer.
—Nos pidió que todos los empleados estuviéramos presentes, pero en especial usted.
—El presidente no me lo comentó —dijo con un gesto de sorpresa en su rostro pero pronto esa expresión desapareció—. Está bien, gracias.
—Señor, quería recordarle que ya me jubilé y si aún estoy aquí es porque espero a mi remplazo ya que no quiero dejarlo solo con todo el trabajo que hay aquí.
Jungkook le sonrió. Ryeowon llevaba muchos años junto a él, incluso era la asistente personal del presidente, ósea su abuelo. Le había tomado cierto estima y no quería dejarla ir pero ella ya estaba grande y quería descansar.
Él lo entendía.
—Lo sé y te prometo que encontraré a una nueva asistente esta semana. De hecho ya tengo a las candidatas y vendrán mañana para que la evalúe.
—De acuerdo, señor.
✧✦✧
—Gracias por la invitación —dijo Jungkook después de que ellos dijeran que pagarían la comida.
Se puso de pie, se despidió y le estrechó la mano a las tres personas con las que había hablado. Luego salió del restaurante, Seokjin lo estaba esperando afuera, parado delante del automóvil.
Los dos subieron a la camioneta para volver a la empresa y después de un medio largo trayecto en la autopista llegaron, Seokjin estacionó el auto delante de la empresa, esperó a que Jungkook bajara para poder ir a dejar la camioneta al estacionamiento.
El pelinegro comenzó a caminar hacia la entrada, pero estaba distraído pensado en el anuncio que daría su abuelo y le preocupaba que el presidente dijera lo que él temía.
Colocó su mano en la manivela de la puerta, para entrar debía ejercer un poco de fuerza al empujarla hacia adentro y como ya era costumbre lo hizo así.
Al momento de hacerlo no se dio cuenta de que un chico estaba parado delante, del lado de adentro, y accidentalmente lo golpeó con la orilla del metal. Él cayó al suelo de espaldas, el golpe se escuchó tan fuerte que hasta a él le había dolido. Habían más personas que se quedaron en modo espectador, incluso dejaron de hacer lo que hacían sólo para ver al señor Jeon y al chico del abrigo largo.
—¿Está bien? —preguntó de inmediato pero no recibió respuesta—. ¿Se encuentra bien? —volvió a preguntar.
El chico se sentó.
—Estoy bien, no se preocupe.
Sonaba bastante calmado a decir verdad, pero aún tenía los ojos cerrados y eso le preocupaba a Jungkook.
—Lo siento tanto, no lo ví —dijo apenado—. Lo lamento —se volvió a disculpar mientras se agachaba—. Déjeme llevarlo a un hospital.
Jimin negó con la cabeza, ¿un hospital para qué? Si ya estaba bien.
—No es necesario, gracias.
Luego de unos segundos todo dejó de darle vueltas, abrió los ojos lentamente pero con su manita aún en su frente. Se iba a poner de pie pero se dio cuenta de que no tenía su celular en la mano, de inmediato lo buscó a su alrededor y lo encontró a su lado izquierdo. Lo tomó y guardó en la bolsa de su abrigo sin siquiera notar que la pantalla había quedado destruida y el teléfono inservible.
Se puso de pie y Jungkook también lo hizo, en la misma Jimin se tambaleó, hubiera caído de cara de no ser porque el más alto lo ayudó a mantenerse de pie, sosteniéndolo de la cintura con uno de sus brazos.
—Este es un claro indicio de que no está bien, déjame llevarlo a un hospital, por favor —le insistió.
Jimin al verlo más tiempo lo reconoció, no podía ser, era el mismo tipo del taxi. Se sintió avergonzado por el acto de ayer así que quitó la mirada del ojiverde. También quería negarse una vez más pero no se sentía bien, le estaban dando náuseas y se sentía un poco mareado.
Seguro era por el golpe.
—De acuerdo —aceptó.
En ese instante Seokjin entró a la empresa y vio a su jefe sosteniendo de la cintura a aquel chico, abrió la boca pero no logró decir nada ya que Jungkook le pidió que trajera el auto nuevamente.
✧✦✧
Ayudó a Jimin a subirse en el asiento del copiloto, cerró la puerta y después le habló a su amigo, éste estaba parado detrás de él.
—Deberías dejar que yo lo lleve al hospital, debes estar aquí.
Jungkook negó con la cabeza, él había sido quien golpeó al chico y sentía que debía hacerse responsable personalmente de lo que pasó.
—Lo haré yo y si el presidente pregunta por mi dile que tuve una reunión a último momento, pero que estaré aquí para su anuncio.
Seokjin asintió con la cabeza y Jungkook se dirigió al otro lado del auto. Subió y emprendió camino directo al consultorio del doctor de cabecera de la familia Jeon. El doctor Lee, él los atendería rápido y no tendrían que esperar siglos como en la sala de espera de un hospital.
—Lo llevaré con mi doctor de cabecera, es alguien de suma confianza. Le daré la ubicación por si quiere confirmar que en realidad vamos ahí. También puedo darle las placas del auto, lo digo para que no piense que soy un secuestrador o algo por el estilo —dijo serio mientras mantenía su vista en el camino—. No quiero que piense que soy alguien que le haría daño.
Jimin soltó una pequeña risita casi inaudible.
—No creo que sea una persona mala —parecía alguien amable, bueno y lindo, esa fue la primera impresión que tuvo ayer del ojiverde y también ahora—. De ser así jamás me habría subido a este auto.
—Supongo que tiene razón. En verdad lamento mucho haberlo golpeado —una vez más volvió a disculparse.
—Fue un accidente, pero para que ya no se siga disculpando acepto sus disculpas.
Jungkook sonrió de lado y sintió como un gran peso se le iba de los hombros al momento de que el joven castaño aceptara sus disculpas.
—¿Cómo se siente ahora?—apartó la vista del volante por unos escasos segundos para verlo.
—A diferencia de hace unos momentos, mejor y ya no me duele tanto la cabeza —fue sincero.
—Eso es bueno.
—Si.
—Por cierto, soy Jungkook.
—Soy Jimin.
Ambos se sonrieron amistosos y Jimin pensó en disculparse por el incidente del taxi pero creyó que el de cabello negro no lo reconoció. Así que mejor se quedó callado.
✧✦✧
Jimin estaba sentado en la camilla y el mayor se mantenía detrás del doctor. Bastante nervioso que incluso se estaba mordiendo las uñas de sus dedos.
—¿Está bien? —preguntó el de ojos esmeralda impaciente por saber si el golpe había sido grave o no. Incluso estaba más preocupado que el propio Jimin.
El doctor lo observó.
—Jungkook, hace un minuto preguntaste lo mismo, por favor déjame terminar de revisarlo. Si no te calmas te voy a pedir que salgas de la habitación —sentenció.
El de ojos verdes pasó en línea recta con dos de sus dedos sobre sus labios, imaginando que tenía un cierre, después fingió cerrar el candado y tiró la llave al suelo. Jimin sonrió ante la acción de Jungkook pero cuando el doctor regresó su atención a él dejó de sonreír y puso expresión seria.
Después de diez minutos terminó el chequeo.
—Sus pupilas reaccionan bien a la luz. Sus reflejos funcionan a la perfección y su pulso cardíaco está estable —dijo el doctor Lee guardando la pequeña linterna que parecía un bolígrafo en la bolsa de su bata.
Le hizo un ademán al ojiazul con la mano indicándole que podía bajarse de la camilla.
—Las náuseas que sentiste y el mareo son comunes cuando sufres una peli contusión, pero la contusión no es nada grave —les dijo a ambos—. Estarás bien.
El doctor se dirigió a su escritorio y se sentó detrás de la computadora. Jungkook se acercó de inmediato al ojiazul y lo ayudó a bajar antes de que lo hiciera solo. Jimin se sonrojó y le agradeció en voz baja. Se dirigieron al escritorio y se sentaron en las sillas quedando cara a cara con el doctor Lee. El experto tomó una pluma y un papel en blanco de uno de los cajones, los colocó sobre el escritorio.
—Te dejaré unos analgésicos para el dolor que sentirás en las siguientes horas, no te preocupes, es normal y será un dolor leve —le explicó mientras escribía las indicaciones en la receta—. No puedes excederte con más de dos analgésicos en un promedio de doce horas.
Jimin asintió con la cabeza.
El doctor mantenía su mirada en lo que escribía, pero por un momento la elevó y notó lo muy atento que estaba Jungkook escuchando las indicaciones que le daba al más bajo.
—También debes descansar.
Le iba a entregar la receta al paciente, pero Jungkook se la arrebató de las manos y empezó a leerlo.
—Y por último —le habló a Jimin, éste miraba al pelinegro con un poco de confusión—, si llegas a sentir náuseas o un dolor bastante intenso debes venir de inmediato conmigo o ir con cualquier doctor, pero tienes que. ¿De acuerdo?
Jimin miró al doctor.
—Si, de acuerdo —respondió con una leve sonrisa.
—Muy bien, eso es todo —dijo carismático.
Los tres se pusieron de pie.
—Muchas gracias, Chan —Jungkook le extendió la mano y él la tomó. Estrecharon sus manos y luego las soltaron.
—Ni lo digas, fue un placer.
El doctor dirigió su mirada a Jimin, le extendió la mano, la tomó y las estrecharon por unos segundos.
—Muchas gracias, doctor —le agradeció, este asintió con una sonrisa.
Ya sin más que decir, Jungkook y Jimin se dirigieron a la puerta, el primero en salir fue el castaño.
—Oye —lo llamó antes de que cruzara la puerta, el ojiverde retrocedió un paso—. Me alegra que por fin encontraras a alguien, cuídalo muy bien.
El pelinegro abrió la boca bastante sorprendido y negó bobamente con la cabeza.
—Pero...
—Tengo mucho trabajo que hacer, te veo luego —lo interrumpió y le indicó la salida con la palma de su mano extendida.
Luego de escuchar como la puerta era cerrada, Chan elevó la mirada.
—Que lindos son —sonrió en grande por la "pareja".
✧✦✧
Al salir por la puerta y caminar por el pasillo, Jimin miró su teléfono por primera vez después de la caída y se fijó que estaba quebrado, intentó prenderlo pero no funcionó. ¿Ahora cómo le iba a llamar a Taehyung para decirle que no se preocupara por la demora? Seguramente el rubio estaba preocupado y también Ayla.
Escuchó los pasos de Jungkook atrás suyo y pensó por un momento en reclamarle por el teléfono, pero después analizó lo ocurrido hace rato, fue un accidente y en realidad había sido su culpa, él se puso en la puerta que no era. Reclamarle a Jungkook sería algo estúpido de su parte cuando hasta lo había traído al doctor y pagado la consulta.
Volvió a guardar su teléfono en la bolsa de su abrigo como si nada. Jungkook llegó a su lado, ambos se dirigieron afuera del consultorio y se detuvieron en la banqueta para ser exactos, uno parado delante del otro.
—Muchas gracias por todo —dijo el más bajo.
—No tiene porqué agradecer.
Ambos se quedaron en un completo silencio, solo se veían, segundos después Jimin cortó esa conexión y bajó la mirada.
—Bien, creo que ya es hora de que me vaya —dijo Jimin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro